La supuesta e improbable refutación de Weide por Jessica Winter



Entre las fuentes de información y “análisis” que se citan en redes sociales en apoyo de las acusaciones contra Allen se repite con cierta frecuencia  la “refutación”  que Jessica Winter realizó de unas piezas de Bob Weide en defensa de Allen. Vamos a examinarla brevemente para comprobar si presenta algún hecho o argumento que de realmente peso a las acusaciones.

earlier this week in Slate, I took issue with Robert B. Weide’s much-passed-around Daily Beast piece defending Woody Allen against accusations of sexual assault that have been made by his daughter, Dylan Farrow, who recently wrote an open letter in the New York Times detailing her memories of the alleged abuse. Many readers have criticized my piece for focusing on Weide’s rhetoric and tone, not his facts. So here’s a just-the-facts second pass clarifying five key points that Weide fumbled.

De acuerdo, examinaremos los hechos. Solo los hechos.

No. 1: The sexual-abuse allegations did not happen in the midst of a custody battle.
In his Daily Beast piece, Weide refers to “Mia [Farrow]’s accusation—used during their custody battle for their three shared children—that Woody molested their 7-year-old adopted daughter Dylan.” He also suggests it’s unlikely that Allen would have molested Dylan “in the middle of custody and support negotiations, during which Woody needed to be on his best behavior.” Many of Allen’s defenders have floated the possibility that Mia Farrow concocted the allegations to use as leverage in the custody battle; Steve Kroft suggests just this scenario in the introduction to a 1992 60 Minutes interview with Allen. In that segment, Allen tells Kroft that it would have been “illogical” to molest Dylan “at the height of a very bitter, acrimonious custody fight.”
The problem with this line of reasoning is that Dylan Farrow’s allegations did not emerge in the midst of a custody battle. According to Phoebe Hoban’s 1992 New York magazine story, as of early August 1992—eight months after Mia Farrow had discovered Allen’s sexual relationship with her daughter Soon-Yi Previn—Allen had been “prepared to sign a 30-page document that virtually precluded his seeing the children he doted on without a chaperone.” Then, on Aug. 4, 1992, Dylan told her mother that Woody Allen had sexually assaulted her in Mia’s Connecticut home. At that point, Mia and Dylan went to Dylan’s pediatrician, who reported the allegations to authorities. Allen did not sue for custody of Dylan and her two brothers, Moses and Ronan, until Aug. 13, 1992, a week after he was informed of Dylan’s accusations.

La información que proporciona Jessica Winter  es gravemente inexacta. No solo es evidente que si no habían firmado el acuerdo todavía estaban pendiente la cuestión de la custodia y que el simple hecho de demorarse durante ocho meses cualquier posibilidad de acuerdo ya da una idea de la complejidad de las negociaciones, sino que la acusación de abusos se produce en la primera visita semanal que realiza Allen a los niños después de que Mia Farrow se enterase de que Allen continuaba su relación con Soon-Yi. Mia Farrow pensaba que la relación de Allen con Soon Yi se había roto en enero de 1.992 y el día 1 de agosto se enteró de que aún continuaban viéndose (o que habían vuelto a verse, para el caso es lo mismo). Tan pronto como se enteró, llamó por teléfono a la Dra. Coates para pedirle que le ayudara a encontrar una forma de pararle (a Allen). Tres días después Allen hizo la siguiente visita a sus hijos. Mia Farrow estaba furiosa y dolida con Allen como nunca lo había estado antes y lo mismo se puede decir del personal de la casa que convivía con ella. Aún más, durante los siguientes años Mia Farrow siempre se negó a que Dylan mantuviera visitas con su padre si este no rompía su relación con Soon-Yi, así que parece evidente que el acuerdo que estaba dispuesta a firmar cuando pensaba que Allen no mantenía relaciones con Soon-Yi no estaba dispuesta a firmarlo una vez se enteró de que esas relaciones continuaban (o se habían reemprendido). Pretender que la denuncia de abusos surge en un ambiente de placido acuerdo para la custodia es falsear gravemente los hechos. La acusación surge cuando Mia Farrow está más dolida y desesperada.
En cualquier caso, la visita de Allen era supervisada. Dos niñeras (Nancy Groteke y Sophie Berge) se ocupaban de cuidar de dos de los niños (Dylan y Satchel) durante unas dos horas. Las niñeras no solo tenían instrucciones de no dejar a los niños a solas con Allen, sino que sabían que Mia Farrow estaba especialmente furiosa desde que  había recibido la noticia el día 1. Eran niñeras, no empleadas del hogar ni cocineras. Eran dos niñeras que tenían que cuidar de dos niños solo durante dos horas y se supone que uno de esos niños (Dylan) estuvo desaparecido durante quince o veinte minutos sin que ninguna de las dos se diese cuenta. También tenían el encargo expreso de vigilar a Allen, y se supone que Allen desapareció al mismo tiempo y sin que nadie se diese cuenta.

In a June 1993 decision, Acting Justice Elliot Wilk of the New York State Supreme Court found “no credible evidence to support Mr. Allen’s contention that Ms. Farrow coached Dylan or that Ms. Farrow acted upon a desire for revenge against him for seducing Soon-Yi. Mr. Allen’s resort to the stereotypical ‘woman scorned’ defense is an injudicious attempt to divert attention from his failure to act as a responsible parent and adult.”
Sin embargo, el mismo juez señala que la grabación de Dylan que realizó Mia Farrow comprometió la investigación de abusos.
Her decision  to videotape  Dylan's statements,  although  inadvertently compromising the sexual abuse investigation, was understandable.
¿Cómo puede comprometer una grabación una investigación de abusos? La respuesta nos la da el perito que intervino por cuenta de Mia Farrow que reconoció que:
"unfortunate"  that  Mia,  and  not  an  objective  and  trained  evaluator,  videotaped  Dylan's testimony, mainly because the way she focused on specific things could possibly "set a tone for a child about how to answer. I think it could raise anxieties of a child." In short, he said. "I don't think it helps matters, I think it complicates matters."?

¿Es posible indicar a la niña una forma de contestar pero no realizar “coaching”? Aún mas ¿Es posible indicar a la niña una forma concreta de responder y que eso no sea indicio de coaching? Para el juez sí, pero en realidad no es posible. Si Mia Farrow realizó a su hija durante todo un día preguntas que la indicaban una forma de contestar es imposible decir que eso no es indicio de coaching. El juez podrá decir que solo es un indicio y explicar porque no llega más allá. Pero realizar preguntas continuadas en repetidas entrevistas durante un día   completo indicando de alguna manera a la niña una forma de responder es –sin ningún género de duda- un indicio de coaching. Por otra parte, el único informe que constaba en autos de unos profesionales (el equipo del Hospital Yale New Haven) había estudiado la situación, entrevistado a la Dylan y Mia Farrow y señalaba expresamente que  el coaching era una posibilidad. El juez puede pensar lo que quiera del informe y del equipo, pero lo que no puede decir es que eso no es un indicio. Sin entrar en las conclusiones del Informe, en el mismo se indica expresamente que cada vez que la niña comenta el tema de los abusos lo hace de forma conjunta con a/ la relación de Allen con Soon-Yi y b/ su pobre, pobre madre que habría perdido una carrera en las películas de Allen. De nuevo, el juez podrá valorar lo que le parezca, pero es absurdo y contrario a la realidad de los hechos que niegue que eso es un indicio de coaching.

No. 2: The Connecticut state’s attorney stated that he had probable cause to bring charges against Allen.
Weide writes that Allen “was never charged with a crime, since investigative authorities never found credible evidence to support Mia’s (and Dylan’s) claim.” In fact, the Litchfield, Conn., state’s attorney, Frank Maco, in consultation with Mia Farrow, decided in September 1993 not to press criminal charges, despite having “probable cause,” in the belief that a trial would further traumatize Dylan. At that point, Allen had already been denied not only custody but any visitation rights—supervised or unsupervised—with Dylan, per Wilk’s decision in June of that year. (As the New York Times pointed out at the time, “Mr. Maco's remarks about the case were criticized by some legal scholars, who said it was an unfair attempt to have it both ways by claiming victory without taking the case to trial.” Maco was later rebuked by a state Grievance Council for his actions, though it did not find that Maco had violated any provision of Connecticut’s code of conduct for lawyers.)

Omite la comentarista varios hechos esenciales. El primero, que la sentencia limita el derecho de visitas de Allen de forma solo temporal, ya que todos los expertos –sí, todos los expertos, incluso el de Mia Farrow- y especialmente el experto independiente del juzgado consideraban que la relación con Allen era fundamental para el correcto desarrollo de la niña.
It was noted by the IAS Court that the psychiatric experts agreed that Mr. Allen may be able to fulfill a positive role in Dylan's therapy. We note specifically the opinion of Dr. Brodzinsky, the impartial expert called by both parties, who concluded that contact with Mr. Allen is necessary to Dylan's  future  development,  but  that  initially  any  such  visitation  should  be  conducted  in  a  therapeutic  context.  The  IAS  Court  structured  that visitation accordingly and provided that a further review of Allen's visitation with Dylan would be considered after an evaluation of Dylan's progress. (Appellate Division of the Supreme Court of the State of New York, First Department. May 12, 1994)

Por otro lado, omite el verdadero motivo expuesto por Fran Maco en su comunicación escrita de 24 de septiembre de 1.993.El texto completo de la comunicación oficial de la Oficina del Fiscal del Estado añade una información fundamental para comprender mejor los hechos, fundamentalmente en los párrafos que se transcriben a continuación.

The arrest warrant application contains evidentiary information the majority of which was subject matter in the New York Supreme Court custody trial of Allen vs. Farrow. To the extent that the evidence of the sexual abuse allegations were considered in Justice Wilk's decision of June 7 1993, I feel that I have benefited from his observations as to the probative force of that evidence, keeping in mind the different standards of proof between a custody trial as compared to a criminal prosecution. This decision should not be viewed as condoning the activities of Mr. Allen which Justice Wilk termed “grossly inappropriate", but as a recognition of the degree of proof necessary to establish those acts as "criminal". For even Justice Wilk, in doubting the success of a criminal prosecution and working in the framework of an evidentiary standard less severe than proof beyond a reasonable doubt, could not definitely conclude that sexual abuse had occurred. (Note: Athough Justice Wilk was not as certain as the Yale-Clinic that abuse did not occur).
(…)
My review dealt ultimately with determining the existence of proof necessary to establish a criminal case beyond a reasonable doubt. While arguably such a case may exist considering the allegations in the warrant application, I acknowledge that the nature of the evidence (as mentioned earlier within this decision, the majority of which was considered in the New York Supreme Court] is fertile ground for defense attacks and would not have the same probative force as it did in the New York Supreme Court custody case.

Por lo tanto, sabemos que la fiscalía no tenía –en lo esencial- pruebas distintas de las que se habían analizado en el procedimiento de custodia y que en el caso de custodia el juez no llegó a concluir que hubiera abuso por lo que el fiscal es consciente de que:
  • -        Existen diferentes criterios de admisión y valoración de la prueba en un procedimiento de custodia y en un procedimiento criminal.
  • -        La primera diferencia se concreta en que en el procedimiento penal deben probase los hechos más allá de una duda razonable, sin embargo, en el procedimiento de custodia es suficiente con que el juez los estime probados, aunque pueda existir una duda razonable.
  • -        La segunda es que la prueba analizada y valorada por el juez Wilks en el procedimiento de custodia no tendría la misma fuerza probatoria en la jurisdicción criminal. Es decir, que en la jurisdicción criminal existen unos criterios de admisión y valoración de la prueba más estrictos que en la jurisdicción civil en general, y en el caso de custodia en particular.
Es decir, Fran Maco y la oficina del Fiscal del Estado están afirmando que en el caso de custodia se ha analizado y valorado prueba que carecería de validez en el juicio penal y que se ha valorado sin tener en cuenta la presunción de inocencia. Pese a ello, el juez no llegó a poder considerar probado de que se hubieran producido los abusos. Fran Maco estima que sí, ni tan siquiera en esas circunstancias el juez llegó a considerar que se habían producido los abusos, emprender una acción criminal sería someter a la niña a los rigores de un proceso penal de resultado muy incierto.

En definitiva, no es que el fiscal renunciara a la prosecución penal de Allen por no victimizar a la niña pero pensando que tenía pruebas suficientes contra él; es que era consciente de que no las tenía.


No. 3: Dylan Farrow’s testimony was not marred by “inconsistencies.”
“There were problems with inconsistencies” in Dylan’s narrative, Weide writes. On Aug. 4, when a physician asked Dylan where her father had touched her that day, she pointed to her shoulder; she explained to her mother later the same day that she was embarrassed to talk about her private parts. After that first doctor’s visit, however, her story remained consistent, detailed, and specific.

Esto ya solo puede calificarse de absolutamente falso.
1/ En el relato original de Mia Farrow Dylan narraba dos episodios de abusos (el primero en el cuarto del TV y el segundo en el ático) y uno de los dos episodios (el del cuarto del TV) tuvo que descartarse y ha desaparecido de la narración y –al parecer- del recuerdo de Dylan. Uno de los dos episodios narrados no se había producido. ¿Un episodio falso no es una inconsistencia?
2/ Las narraciones del supuesto episodio de abusos durante 1.992 fueron inconsistentes y contradictorias. Para determinarlo tenemos que hacer un análisis conjunto de diversas fuentes. La primera es lo poco que sabemos de Informe del Hospital Yale New-Haven. Según el mismo:
Hubo importantes inconsistencias entre las declaraciones de Dylan grabadas por su madre entre los días 5 y 6  y lo que la propia Dylan narró al equipo del Hospital, así como entre las diversas narraciones realizadas en el Hospital. Estas inconsistencias afectaban a elementos esenciales de la narración. El doctor puso un ejemplo de las inconsistencias:

"Those were not minor inconsistencies," he said. "She told us initially that she hadn't been touched in the vaginal area, and she then told us that she had, then she told us that she hadn't."

http://www.nytimes.com/1993/05/04/nyregion/doctor-cites-inconsistencies-in-dylan-farrow-s-statements.html

La narración de los abusos era poco espontanea, excesivamente controlada y reflexiva y sugería que se estaba repitiendo algo ensayado.
Esta falta se espontaneidad se ve agravada por algunas manifestaciones de la niña

 At one point, he said she told him, "I like to cheat on my stories."

La descripción de los detalles que rodeaban el supuesto abuso era inusual e inconsistente. Los periódicos de la época amplían un poco esta información.

Dr. Leventhal said it was "very striking" that each time Dylan spoke of the abuse, she coupled it with "one, her father's relationship with Soon-Yi, and two, the fact that it was her poor mother, her poor mother," who had lost a career in Mr. Allen's films.

En definitiva. En la primera sesión Dylan dijo que no había sido tocada en el área genital (que no se habían producido abusos); en la segunda que sí le habían tocado el área genital (que sí se habían producido abusos) y en la tercera sesión volvió a decir que no le habían tocado el área genital. Por otro lado, más allá del hecho de que el testimonio pudiera parecer poco espontaneo y aprendido, llama la atención que la niña considerara adecuado indicar "I like to cheat on my stories." y que en todas las ocasiones en las mencionó el abuso lo emparejase con la relación de Allen con Soon-Yi y con la carrera profesional de su pobre, pobre madre.

La segunda fuente es Connecticut Magacine, que ha sido reproducido en múltiples ocasiones con posterioridad y cuyo origen último se sitúa en la policía o la fiscalía de Connecticut


Según esta fuente, la declaración más completa de Dylan relativa a los abusos sería la siguiente:

“He put his finger in my vagina. He made me lay on the floor all ways, on my back, on my side, my front. He kissed me all over.”

Este fragmento de relato aparece entrecomillado en los artículos originales y en todas las ocasiones que ha sido reproducido. Encontramos una explicación un poco más extensa sobre su origen en:
http://cooljustice.blogspot.com.es/2018/01/dylan-farrow-profile-in-courage-i-want.html

For three consecutive weeks, she said Woody Allen violated her sexually. Among her statements to investigators: “He put his finger in my vagina. He made me lay on the floor all ways, on my back, on my side, my front. He kissed me all over … I didn’t like it. Daddy told me not to tell and he’d take me to Paris, but I did tell.” In several of the other sessions, Dylan Farrow mentioned a similar type of abuse. When she did not repeat the precise allegation in some of the sessions, the team reported this as an inconsistency. 

Por lo que parece deducirse que este relato fue realizado por Dylan en tres ocasiones, que en otras dos ocasiones (primera y tercera entrevista) dijo que no se había producido abuso y que en otras cuatro entrevistas (fueron nueve en total) relato algún tipo de abuso diferente. No debiera ser necesario decir que tratándose de un único episodio narrar tipos de abuso diferentes es una inconsistencia en la narración y, evidentemente, una inconsistencia con lo que ahora narra Dylan Farrow. En total, de nueve entrevistas en tres contó el tipo de abuso que ahora recuerda y en seis contó algo distinto. De hecho, existen inconsistencias entre la narración que repitió tres veces en 1.992 y la que ha expuesto en 2.014 y 2.018.
La última versión que tenemos de los abusos es la proporcionada por la propia Dylan, en 2.014 y recientemente en Enero de 2.018.

Comencemos por la de 2.014

when I was seven years old, Woody Allen took me by the hand and led me into a dim, closet-like attic on the second floor of our house. He told me to lay on my stomach and play with my brother’s electric train set. Then he sexually assaulted me. He talked to me while he did it, whispering that I was a good girl, that this was our secret, promising that we’d go to Paris and I’d be a star in his movies. I remember staring at that toy train, focusing on it as it traveled in its circle around the attic. To this day, I find it difficult to look at toy trains.

Y ahora la de 2.018

He instructed me to lay down on my stomach and play with my brother’s toy train that was set up, and he sat behind me in the doorway. And, as I played with the toy train, I was sexually assaulted.”
She continued: “As 7-year-old, I would say he touched my private parts. As a 32-year-old, he touched my labia and my vulva with his finger.”

Evidentemente estas dos narraciones tienen muchas cosas en común. En las dos Allen pide Dylan que se tumbe sobre su estómago y que juegue con el tren mientras él supuestamente le introduce un dedo en la vagina y le susurra cosas. En la segunda se especifica que Allen estaba sentado. Repetiremos a continuación la narración que Dylan realizó de forma más constante durante 1.992:

“He put his finger in my vagina. He made me lay on the floor all ways, on my back, on my side, my front. He kissed me all over … I didn’t like it. Daddy told me not to tell and he’d take me to Paris, but I did tell.”

Si no supiéramos por la propia Dylan –y por todas las circunstancias del caso, ya que Allen nunca volvió a ver a Dylan tras el 4 de Agosto- que solo existió un supuesto  episodio de abusos sexuales, pensaríamos que se trata de dos relatos distintos. Incluso de tres.
En dos de ellos no hay ningún tren: en uno Allen fuerza a la niña a tumbarse en distintas posiciones y en el otro no se hace ninguna mención a haberse tumbado; en el tercero hay un tren con el que jugar y que focaliza la atención de Dylan y ella permanece todo el episodio tumbada sobre su estómago y mirando el tren. Respecto  a las primeras narraciones han desaparecido el dolor y el hecho de que Allen la besara por todo el cuerpo y la dejara empapada (¿Cómo podría hacerlo estando él sentado y ella tumbada?). Aún más significativo: la denuncia original indicaba clara y expresamente que Allen había introducido su dedo en la vagina de Dylan, sin embargo en 2.018 no hay introducción del dedo en la vagina y los abusos se realizan con tocamientos de la vulva y los labios. Son comportamientos totalmente diferentes, tanto desde el punto de vista legal como el material. 

No es necesario recurrir al informe de Yale New Haven para poder afirmar que la narración de abusos de Dylan sufre importantes variaciones entre una narración y ha evolucionado a lo largo del tiempo, omitiendo algunos detalles e incorporando detalles nuevos, varios de ellos incompatibles entre sí.

Agosto 1992
He was kissing me…I got soaked all over the whole body…I had to do what he said.  I’m a kid, I have to do whatever the grown-ups say…It hurt, it hurt when he pushed his finger in [my vagina]…He just kept poking it in…” [H]e said the only way for me to be in the movie is to do this.

Septiembre/Noviembre 1992
“He put his finger in my vagina. He made me lay on the floor all ways, on my back, on my side, my front. He kissed me all over … I didn’t like it. Daddy told me not to tell and he’d take me to Paris, but I did tell.”

2014/2018
He instructed me to lay down on my stomach and play with my brother’s toy train that was set up, and he sat behind me in the doorway. And, as I played with the toy train, I was sexually assaulted.” (…) “…he touched my labia and my vulva with his finger”

No. 4: The unsuspicious nanny was outnumbered.
Weide makes a lot out of a deposition by a nanny in Allen’s employ, Monica Thompson, who stated “that she was pressured by Farrow to support the molestation charges,” and that another nanny, Kristie Groteke, had told her that she “did not have Dylan out of her sight for longer than five minutes.” Weide does not mention that Groteke herself testified that she lost track of both Dylan and Allen for 15 to 20 minutes on Aug. 4. Weide does not mention the testimony of babysitter Alison Stickland, who, on Aug. 4, witnessed Allen “kneeling in front of Dylan with his head in her lap” (a detail recounted in Dylan’s open letter). Weide does not mention that Sophie Berge, a tutor, later noticed that Dylan was not wearing underwear.

Muy al contrario, la narración de Mónica Thompson fue corroborada por Kristi Groteke en lo esencial. Kristi Groteke había comentado con Mónica Thompson que no había perdido de vista a Dylan durante toda la tarde. Así lo declaró Mónica Thompson y así lo reconoció la propia Groteke en su libro de recuerdos de aquellos tiempos que escribió tras el juicio. ¿Cómo se llegó entonces a la conclusión de que Allen y Dylan habían estado “desaparecidos” durante 15 o 20 minutos? Pues a través de una reconstrucción de todo lo que habían hecho esa tarde que las tres niñeras realizaron varios días después de los hechos. Al parecer, al juntarse para repasar lo que había pasado en la tarde  Kristi Groteke se dio cuenta que hubo un momento en el que ella buscó a Dylan dentro de la casa y al no encontrarla pensó que estaría fuera con las otras dos niñeras. No lo comprobó en ese momento, pero al repasar los acontecimientos entre las tres decidieron que en ese momento Dylan no estaba fuera de la casa y que entre el momento en el que vieron a Dylan por última vez y el momento en el que la encontraron fuera de la casa podían haber pasado unos quince o veinte minutos. Por lo tanto, tenemos dos grupos de niñeras (uno compuesto por una única niñera, Kristi Groteke, y el otro compuesto por dos niñeras) que están separados y no se comunican durante todo el periodo de la supuesta desaparición. Un dato interesante de lo que sabemos es que en ningún momento se señala que Dylan estuviera desaparecida “entre las 17 horas y las 17:30”, por poner un ejemplo. ¿Por qué es interesante? Por qué indica que al reconstruir la tarde las niñeras no fueron capaces de indicar qué hora marcaba ninguno de sus relojes en el momento de la supuesta desaparición. Pensemos en ello: dos grupos de personas separados, que no se comunican y que cada uno de ellos piensa que Dylan y Allen están con el otro ¿Cómo pueden llegar a la conclusión de que eso no era así si el grupo “A” no sabe a qué hora vio por última vez a Dylan o Allen ni a qué hora estuvo buscando a Dylan sin encontrarla y el grupo “B” no sabe a qué hora llegaron para estar con ellos ni una ni otro?. Es más, el grupo “B” no sabe a qué hora la niñera del grupo “A” pensó que Dylan estaba con ellos. ¿Cómo es posible saber que Dylan y Allen estuvieron 15 o 20 minutos ilocalizados? En realidad, no es posible. Si el grupo “B” no sabe a qué hora se incorporó Dylan, ni si lo hizo al mismo tiempo que Allen, es imposible que sepa si a esa hora Kristi Groteke les estaba buscando. La única posibilidad de llegar a esa conclusión sería que los dos grupos tuvieran relojes, que los dos los hubieran consultado y, por lo tanto, que nos pudieran decir a qué hora –o entre qué horas- se produjo la “desaparición”. Pero no es el caso. Por lo tanto, las niñeras tuvieron que emplear para reconstruir la tarde su propia medida subjetiva del tiempo desde un acontecimiento común (quizá la propia separación de las niñeras, que sería el último acontecimiento común); siendo además dos medidas separadas: por una parte la medida subjetiva del tiempo de Kristi Groteke, sola en el interior de la casa (qué demonios hace la niñera sola en el interior de la casa cuando le han dado instrucciones expresa de cuidar a Dylan es otra cuestión de cierto interés) y, por otra parte, la medida subjetiva de las otras dos niñeras que están en el exterior y atendiendo a cuatro niños. Supongo que resulta evidente que esta forma de reconstruir los pasos dados el día 4 es enormemente limitada y sujeta a un margen de error enorme –si es que tiene alguna utilidad, lo que es bastante dudoso-, y que se ve fácilmente afectada por la expectativa de las personas que realizan la reconstrucción. Si lo que buscan es un periodo de tiempo en el ninguno de los grupos vio a Dylan o Allen, lo encontraran.
Por otro lado, no existen testimonios concordantes, lo que existe es una reconstrucción en base a testimonios separados. Si la niñera “A” dice “yo creo que vi por última vez a Allen una media hora después de que sucediese el acontecimiento “X”, luego los busqué y no estaban” y la niñera “B”, “pues yo creo que vi por primera a Dylan unos 50 minutos después de “X””, no existe concordancia entre los que manifiestan una y otra. Lo que dice la niñera “B” no confirma que la niñera “A” viese a Dylan en realidad 45 minutos después de “X”, ni lo que dice la niñera “A” confirma que la “B” no viese a Dylan en realidad solo 30 minutos después de X”.

Finalmente, la narración de Dylan de los supuestos abusos no es plenamente compatible con la declaración de la niñera Kristi Groteke. Según nos dice la sentencia, la niñera buscó a Dylan por toda la casa antes de asumir que estaba fuera con la otra niñera. ¿Por qué Dylan no se enteró de esta búsqueda? Vamos a asumir que sea razonable que la niñera no entre a buscar al pequeño ático, pero sin duda estuvo buscando en la habitación principal y si buscó y llamó a Dylan ¿Por qué Dylan no le oyó? Es más, nada en la narración de Dylan permite pensar que Allen oyese a alguien buscando y pidiese silencio a la niña, o parase el tren para no hacer ruido.

Las vivencias de Kristi Groteke durante esos días resultan interesantes en muchos sentidos; uno de ellos es que Mia nunca le reprochó ni le preguntó cómo era posible que Woody Allen hubiera estado a solas con la niña a pesar de sus recientes instrucciones expresas en contra. No le preguntó si era posible que hubiera sucedido: le dijo que había sucedido y, tras ello y varios días después de los hechos, la niñera se reunió con las otras dos personas que estuvieron en la casa y “reconstruyendo la tarde” llegaron a la conclusión de que hubo entre 15 y 20 minutos en los que ninguna de ellas estuvo con Dylan ni con Allen.(iii) Como ya hemos dicho, antes de verse en la necesidad de “reconstruir” la tarde porque su jefa había denunciado unos abusos sexuales, la niñera había comentado a una compañera que no había perdido de vista a Dylan. Ninguno de los testimonios indica que Allen y Dylan estuvieran juntos durante ese tiempo, ni que se les encontrara juntos ni en el mismo momento. 

La propia Kristi Groteke dejó escrito al respecto en su libro:

to tell the truth, in my heart I hadn't the foggiest notion of whether or not that molestation ever took place.

Kristi Groteke no solo no fue ni despedida ni reprendida por Mia Farrow por dejar a Dylan sin vigilancia a pesar de sus órdenes expresas, sino que se convirtió en su persona de máxima confianza en el cuidado de los niños durante el año siguiente y Mia Farrow le entregó documentación y material para que escribiera un libro.

2/ En cuanto al testimonio de la tutora de francés que indica que Dylan estaba sin ropa interior.

Se presenta este testimonio como si corroborase o fuera “consistente” con la existencia de alguna clase de abuso sexual, sin embargo esto es totalmente falso. La narración de Dylan nunca ha incluido una parte en la que Allen le quite la ropa interior. Según nos cuenta Kristi Groteke, Dylan nunca explicó qué pasó con la ropa interior.  No hay ninguna mención a ella en relación con el supuesto episodio de abuso ni en la cinta que graba Mia Farrow, ni en las sesiones de Yale New Haven, ni en las sesiones con la policía, ni en ninguna de las modernas versiones de la historia que ha proporcionado Dylan. Evidentemente, si la ausencia de la ropa interior no tiene nada que ver con los supuestos abusos según la propia narrativa de Dylan, entonces la ausencia de la ropa interior no puede utilizarse para pretender “validar” que los abusos existieron. La ausencia de ropa interior –y el testimonio al respecto de la profesora de francés- es simplemente irrelevante y ni confirma ni convalida nada.
De hecho, la ausencia de ropa interior lo que puede indicar es que Dylan se “escabulló” para librarse ella sin que ninguno de los adultos se diese cuenta. Quizá se la había manchado y le daba vergüenza, o quizá pensaba que su madre iba a reñirle si se la veía sucia. El caso es que parece que Dylan pudo librarse de ella sin que ninguna de sus cuidadoras (ni nadie) se diera cuenta. Durante unos minutos desapareció para hacer lo que quiera que hizo para librarse de las braguitas de tal forma que nunca se volvieron a encontrar. ¿En qué momento se vería Dylan libre para ir dónde quisiera y eludir la vigilancia de todos los mayores? Parece que el momento ideal sería cuando Allen acudió él mismo al cuarto de baño. De esta forma, es perfectamente posible que los dos “desaparecieran” durante unos minutos pero no estuvieran juntos. El cualquiera de los casos, varios de los minutos durante los que dos días después se concluyó que Dylan no pudo ser localizada, tuvo que dedicarlo a lo-que-quiera-que-hiciese con la ropa interior. 

3/ En cuanto al testimonio de la niñera que dice haber visto a Allen con la cabeza apoyada en el regazo de Dylan.

Una vez más, la forma de presentar los hechos índice al lector a pensar que existe alguna relación entre el episodio del cuarto del televisor (la cabeza apoyada en el regazo) y el supuesto episodio de abusos, cuando no es cierto. Por una parte, la sentencia considera probado el episodio del cuarto del televisor y no considera que se tratase de ninguna clase de abuso (aunque en la narrativa original de Dylan se producía un abuso justo después en ese mismo cuarto); por otra, debe resultar evidente que si se hubiera podido considerar como abuso la niñera habría dado de forma inmediata la voz de alarma (Mia Farrow nos cuenta en sus memorias que esta niñera también estaba claramente instruida en no dejar nunca a Allen a solas con los niños). Finalmente y aún más importante, la sentencia señala claramente que no existe relación, ni tan siquiera de continuidad temporal, entre el episodio del cuarto del televisor y los supuestos abusos. Efectivamente, el juez Wilk señala con claridad que “en otro momento del día”, lo que significa que sea lo que fuera lo que pasó en el cuarto del televisor no fue ninguna clase de abuso sexual, ni derivó en ninguna clase de abuso sexual. Con lo que sabemos, cabe suponer que la niñera (que sabía que no había que dejar a los niños a solas con Allen) avisaría a sus compañeras, que acudirían a la sala y saldrían de allí todos juntos descartándose de esta forma cualquier forma o posibilidad de abuso.
En cualquiera de los casos, no existe ni “consistencia” ni confirmación –ni, de hecho, ninguna relación- entre este testimonio y el supuesto episodio de abusos.

No. 5: The head of the Yale team investigating the allegations never spoke to Dylan Farrow.
Weide quotes at length from a sworn deposition by John Leventhal, the pediatrician who led the Yale–New Haven Hospital Child Sexual Abuse Clinic’s investigation of the allegations. Leventhal’s deposition hypothesized either that “these were statements made by an emotionally disturbed child and then became fixed in her mind” or “that she was coached or influenced by her mother.” But Leventhal himself never interviewed Dylan Farrow, nor did he interview her mother or any of the child care workers present at Mia Farrow’s home on Aug. 4, 1992. Dylan was interviewed nine times over a six-month period by Julia Hamilton, who had a Ph.D. in social work, and Jennifer Sawyer, who had a master’s degree in social work. Neither Hamilton nor Sawyer would testify at trial, and Leventhal would only testify via deposition; as Weide points out, they also destroyed their notes on the investigation. (Diane Schetky, a professor of psychiatry and past editor of the Clinical Handbook of Child Psychiatry and the Law, itemized other irregularities in the Yale investigation in this 1997 Connecticut Magazine piece.)

El equipo de Yale se entrevistó con la policía y con el fiscal, Fran Maco, para la información preliminar. Recabaron más información de uno de los detectives, John Mucherino, para manejar todos los datos que tenía la policía. Entre el 18 de septiembre y el 13 de noviembre efectuaron un total de nueve entrevistas por separado a Dylan y a su madre, Mia Farrow. El 14 de Octubre entrevistaron a la niñera de Dylan, Kristi Groteke y entre el 17 de Noviembre y el 7 de Enero mantuvieron tres entrevistas con Woody Allen. Finalmente, se entrevistaron con Mia Farrow para repasar la grabación que ella había realizado de Dylan entre el 5 y el 6 de agosto. Según consta en uno de los fragmentos del informe del que circulan copias por la red, también se entrevistó a la otra niñera presente el 4 de Agosto, Alison Stickland,  y a las dos psicoterapeutas que trataban a los niños, la Dra. Coates y la Dra Stcuhtz
Es cierto que el Dr. Levehthal no entrevistó personalmente a Dylan, pero los pediatras no tienen especial formación en entrevistas forenses y el equipo de Yale utilizó para la entrevistas al personal cualificado a su disposición. Por eso se llama “equipo” y está compuesto por varias personas.

En cuanto a las críticas de Diane Schetky vamos a analizarlas una por una tal y como aparecen e Connecticut Magazine:
• The Yale team used psychologists on Allen’s payroll to make mental health conclusions. “That seems like a blatant conflict of interest; they should have excluded themselves,” Schetky says.
Esto es simplemente un disparate. De hecho, los psicólogos a los que Allen pagaba dependían de Mia Farrow para continuar, o no, en su trabajo. Los había contratado Mia Farrow y dependían de ella para seguir realizando su trabajo y para “cobrar” de Woody Allen. Por otra parte, se trataba de las terapeutas de los dos niños (Dylan y Satchel) y a cualquiera debe resultarle evidente que debían informar sobre los niños a los que estaban tratando dos veces a la semana. Decir que las terapeutas debían haberse “excluido ellas mismas” es un disparate que refleja un total desconocimiento de la situación: se les llamó para declarar ante el perito de la fiscalía ¿Cómo iban a “excluirse ellas mismas” sin negarse a colaborar con la justicia?
• Custody recommendations were made even though the team never saw Allen and any of the children together. “I’d sure want that information,”
No sabemos lo suficiente del informe como para realizar ninguna afirmación taxativa, pero si las visitas se interrumpieron por la alegación de abusos y el equipo de Yale New Haven llegó a la conclusión de que no se habían producido es lógico y evidente que debía recomendar que las visitas se reanudaran.

Schetky says.• The team refused to interview witnesses who could have corroborated the molestation claims.
Esto es falso. No solo el equipo de Yale New Haven entrevistó a Kristy Groteke y a la niñera Alison Stickland además de a la propia Mia Farrow y recibió los datos de la policía, sino que no existe ningún testigo que pudiese corroborar los abusos. Ninguno.

• The team destroyed its notes. “I don’t know why they would,” Schetky says. “They shouldn’t have anything to hide, unless they’re in disagreement.”
No conozco los protocolos del Hospital Yale New Haven, pero en esa misma época en el servicio de protección del menor del Estado de Nueva York todos los informes particulares se destruían cuando el resultado del análisis del caso era “infundado”, destruyéndose el propio expediente. (Admissibility of Indicated, Unfounded and Expunged Reports of Child Abuse or Neglect and Their Use by Attorney for the Childs in Custody Litigation BY: Charity Phipps, David French (Fall 2005)UPDATED: Gabriella MacDonald (2014). Es muy posible que los protocolos de Yale New Haven fueran similares, en todo caso, no era algo extraordinario ni que pudiera sorprender a un profesional en aquel momento –aunque con el tiempo la hayamos allegado a considerar una práctica incorrecta-

• Leventhal, the only medical doctor on the team, did not interview Dylan. “How can you write about someone you’ve never seen?” Schetky asks.
Una buena pregunta a hacer a la Dra. Schecky que ni tan siquiera había visto el informe de Yale New Haven. En todo caso, el informe fue redactado como acuerdo interjueces de todos sus integrantes –como es habitual en estos casos- y el Dr. Leventhal asumió las conclusiones como propias como resultado de ellos.
• The night before Leventhal gave a statement to Farrow’s attorney, he discussed the scenario with Abramowitz, the head of Allen’s legal team, for about 30 minutes.
Supongo que explicándole a Abramowitz que no iba a comparecer ninguno de sus compañeros y que no declararían en el juicio. El informe estaba emitido meses antes de esta reunión, a no ser que las leyes de la causalidad hayan cambiado en el Universo no es posible que variara el Informe que ya estaba presentado.
• The team interviewed Dylan nine times. For three consecutive weeks, she said violated her sexually. In several of the other sessions, she mentioned a similar type of abuse. When Dylan did not repeat the precise allegation in some of the sessions, the team reported this as an inconsistency.
Es decir, en tres de las entrevistas la narración de Dylan coincide (por lo menos en el tipo de abuso) con lo que hoya narra Dylan. En seis de las entrevistas no. Eso es inconsistencia.
In his 1993 state Supreme Court decision, Wilk found that testimony “proves that Mr. Allen's behavior toward Dylan was grossly inappropriate and that measures must be taken to protect her.” In May 1994, the Appellate Division of the state Supreme Court cited a “clear consensus” among psychiatric experts that Allen’s “interest in Dylan was abnormally intense.”

Olvida mencionar que la propia sentencia de Wilk señala que el comportamiento inadecuado de Allen no tenía componente sexual, lo que es asumido por la decisión de apelación. El interés de Allen por Dylan no tenía componente sexual .

My colleague Dahlia Lithwick wisely cautions against trying this case again in the court of public opinion. But it’s also worth remembering that—no matter how Robert Weide wants to spin things—Woody Allen did not fare well at all when actual courts of law looked at the facts.
En un tribunal las denuncias de Dylan Farrow serían desestimadas, sin ninguna clase de dudas. Por eso ella no inicia acciones civiles: porque las perdería.


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